LECTURAS REFLEXIVAS

Una colección selecta de las mejores lecturas reflexivas que cambian nuestra manera de pensar y actuar.

Con el tiempo aprenderás

Con el tiempo te das cuenta que lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira, pueden seguir lastimando durante toda la vida.

Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo, la amistad jamás volverá a ser igual.

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.

Con el tiempo te das cuenta que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, ante una tumba, ya no tiene ningún sentido.

Pero desafortunadamente, solo con el tiempo.

“El hombre se hace viejo muy pronto y sabio demasiado tarde”.

Justamente cuando:

“YA NO HAY TIEMPO”

Instrucciones para la vida

Un día le pedí a Dios instrucciones para vivir en esta tierra.

Dios acercó su voz a mi oído y me dijo:

Sé como el sol: levántate temprano y no te acuestes tarde.

Sé como la luna: brilla en la oscuridad, pero sométete a la luz mayor.

Sé como las flores: enamoradas del sol, pero fieles a sus raíces.

Sé como la fruta: bella por fuera, saludable por dentro.

Sé como el día: que llega y se retira sin alardes.

Sé como el oasis: da tu agua al sediento.

Sé como la luciérnaga: aunque pequeña emite su propia luz.

Sé como el agua: buena y transparente.

Sé como el río: siempre hacia adelante.

El sabio y el rey

Un Rey soñó que había perdido todos los dientes.

Después de despertar, mandó llamar a un Sabio para que interpretase su sueño.

- ¡Qué desgracia mi señor! - exclamó el Sabio – Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de vuestra majestad.

- ¡Qué insolencia! - gritó el Rey enfurecido - ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!

Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.

Más tarde ordenó que le trajesen a otro Sabio y le contó lo que había soñado.

Este, después de escuchar al Rey con atención, le dijo:

- ¡Excelso señor! Gran felicidad os ha sido reservada.

El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes.

Se iluminó el semblante del Rey con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro.

Cuando éste salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:

- ¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer Sabio. No entiendo porque al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.

- Recuerda bien amigo mío - respondió el segundo Sabio- que todo depende de la forma en el decir... uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse.

De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda, más la forma con que debe ser comunicada es lo que provoca en algunos casos, grandes problemas.

La verdad puede compararse con una piedra preciosa.

Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado.

"El hombre ha recibido el don de la palabra... y cuando la emplea adecuadamente transmite mensajes que nos ayudan a ser mejores.